miércoles, 6 de junio de 2007

Hemiplexia

Hemiplexia, Óscar Saldivar. Arequipa, 2004.

Entre las imágenes visuales de una sequía y un incendio, discurren los textos de Hemiplexia de Óscar Saldivar, la carátula con sólo verla anticipa una actitud contestataria, plasmada en la escritura de algunas palabras y formación arbitraria de otras. Pero eso es lo formal, y tales formas reclaman tales contenidos. Y, en efecto, se enuncian pensamientos y sentimientos, y se describen situaciones externas, de modo poco sosegado, y en versos que van imbricados por asociación en un aparente desorden. Es evidente también que se apela a cierta rotundidad, explorando las posibilidades de lo confesional, y hasta sigue los caminos de cierta marginalidad. En suma, recorre dimensiones existenciales, no exentas de angustia y hasta de desgarramientos, en una búsqueda cuyos contornos resultan difíciles precisar. Los versos fluyen con cierta audacia que es bienvenida, a pesar de quedarnos con una sensación caótica, pero también con la seguridad de un adecuado manejo del discurso poético. (Juan Alberto Osorio).

Poemas:

ORIGEN

Una noche y un día habitan en nosotros

El sol es una certeza
Que usamos como piedra
Para señalar el camino hacia otra piedra

En la boca de un árbol sonoro
La reencarnación y la desnudez
De nuestros insólitos cuerpo ígneos
Por el ojal de tu vientre mi hálito rígido de sangre y lava

Somos la suma de ojos inauditos
Abandonados a este fatal oleaje condensado
Un diluvio de mitos hurgando en tinieblas
La primigenia colisión
La matriz del vestigio d e r r a m a d o


AVENIDA

Qué jodido frío
Anestésico e hipnotizador

Luna parásita
Descuélgate
Y siente al hambre tiritar en los parques

Silencios exhaustos trajinando los oscuros lamentos
Aúlla la soledad en la esquinas moribundas

No hay circo en mi carcajada etiquetada
Ni caricias que me quiten las heridas
La artificialeza que me circunda
Se burla de mis callos, de mis harapos

En esta comparsa de sombras y fantasmas
Mis recuerdos se deshacen en caminos longevos


R A Í Z

1

A pesar de las estaciones
Yo sé que tus cabellos guardan un día pleno
Ansío tus mejillas de durazno

Arranca la amargura que plantaste en mi suelo

Ahuyenta mis huellas ojerosas
Que abandonan la ruta a tu vestido ansiado

Espérame en el umbral de mis impuntuales desengaños

Estás arrastrando mis restos hacia tu nostalgia fantasmal

2

En este valleaguardiente
Soy el grillo que guitarrea aguaceros
Soy charchasúa de alabastro
Que trotando va, calapata
El prado aurífero de mis cometas vagabundas

Tal vez te fuiste a pastar con los cerros charlatanes
O el verano marchitó atardeceres en tus párpados ahogados

Eres la higuera fermentando la infancia de mi vida


G R Á C I L

Claro, agité tu setiembre insepulto
caí alto, duro, destrocé senderos ocultos y nada
me dolieron las lombrices en carcajadas

Vine juntando los pasos que me señalaste
después supe de las cataratas que sudé
por derramar el puerto donde caes desnuda

Mira, me traiciona la ceguera del otro lado
así no puedo hilvanar las sílabas suspendidas aquí dentro

La noche sangra, huye insatisfecha
a través de las ventanas hambrientas que desechas

Sombrea mucho de ti este día
y me atrapas en fogatas galopantes, hembra dulce
y me revuelco ágil sobrecogido temmblorosso

Hay bulla en mis cavernas y el veneno que exhalas
fluye alegre por ahí

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