El viejo libro del cuero de mamut. Julio Mauricio Pacheco Polanco. Arequipa, Grita ediciones, 2004.
Mauricio Pacheco con este primer libro de poemas, El viejo libro del cuero de mamut (Grita ediciones, Arequipa, 2004), se inscribe con pleno derecho en la tradición de los poetas visionarios, de los poetas que escriben poesía por una urgencia insuprimible, lo cual si bien es cierto para cualquier poeta, para los visionarios es al mismo tiempo una manera de declarar su presencia en el mundo y de gritar la extrañeza de ese mismo mundo, de esa realidad con la cual necesariamente, duramente medirse. En la poesía de Mauricio Pacheco prevalece el tono de la lamentación, de la interrogación al destino, de la desesperanza pero se asoma también la posibilidad de la sabiduría, de los instantes de comprensión del propio destino, lo que significa también aceptación del mismo y esfuerzo para conspirar a su realización ("...Es entonces cuando saco al Viejo Libro/ Del Cuero/ de Mamut/ Y acaricio el sueño: El Rostro del Mañana/...").
Para los poetas visionarios (en cuya tradición por supuesto esta Cesar Vallejo, poeta hacia el cual Pacheco muestra sus deudas poéticas) siempre se trata de una lucha elemental que se libra en las páginas de los poemas, algo que pueden sentir en carne y hueso, no Bien y Mal por supuesto, sino más bien autorrealización o aniquilamiento, individuación o neurosis, principio de placer o principio de realidad, todo con la evidencia de un mundo al mismo tiempo dividido y masificado dentro del cual la posición del yo es más bien frágil, dolorida, a pesar de las invocaciones y afirmaciones que parecieran evocar un estado constante de rebeldía. (A los poetas visionarios les ocurre exceder la retórica, caer en lo patético, este es el principal riesgo al cual están expuestos y al cual mucho se expone también Mauricio).
Para Mauricio Pacheco (y para los poetas visionarios) los “valores”, el concepto mismo de lo que tiene valor dentro del campo de las relaciones humanas se definen más por su falta y por su negación que por su afirmación, y esto habrá que estudiarlo dentro de la joven poesía peruana, ya que esta muestra con respecto a este tema una posición absolutamente desesperanzada, al borde de un nihilismo individual que es más bien la representación de una profunda crisis social, de una crisis que envuelve las relaciones interpersonales tanto como los proyectos sociales y colectivos.
En fin, el reto de la poesía me parece que e para Mauricio la invitación para un autoconocimiento mas controlado y esclarecedor, que sepa rehuir de las tentaciones de la retórica y de la representación mítica (véase "Epopeya de un Minotauro") o más bien utilizar como estimulo ara una percepción del mundo quizá menos declarativa pero si más fiel a la tarea que reivindica todo el libro: comprender el corazón humano. Tarea ardua, como sabemos, pero necesaria empezando, por supuesto, por el corazón individual de quien la reivindica como propia. (Marco Nifantani)
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